Contando atardeceres

Encantada de haber vuelto a dar una oportunidad literaria a la Vecina Rubia.
Su primera novela no acabó de apasionarme ya que sentí que, en ocasiones, había una dosis de humor demasiado alta y, además, la ligereza de la trama no me enganchó.
Sin embargo, tras leer "Contando atardeceres", entiendo que era reflejo de la etapa vital que narraba. En esta segunda novela, tanto las tramas como la pluma denotan mayor madurez y el humor encaja más con mi propia etapa.
Quedan demasiados cabos sueltos para que mi curiosidad no se rebele, por lo que, sin duda, la tercera también caerá.