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Ha sido tan intensa y especial como la misma vida. Leí el primer libro más por curiosidad que por otra cosa porque en aquel entonces apenas había empezado a seguir a la vecina por Instagram. Después de un año de seguir sus stories cargados de sonrisas compartidas, los momentos intensos y tristes que entre muchos duelen un pelón menos y el risanto que la caracteriza tenía un poco de miedo de embarcarme en esta segunda parte (aunque se puede leer de manera independiente al primero) por las expectativas que no he podido evitar crearme al, quizás no ponerle cara, pero sí haberle puesto corazón a la chica que hay detrás de la cuenta y saber que lo tiene muy grande (el corazón). Es curioso ver cada día lo que sube por sus redes y compararlo con una novela de quinientas páginas que forma una historia lineal, curioso porque no tiene nada que ver y, a la vez, se ve su esencia en cada capítulo y es imposible no sonreír con los pequeños detalles (Lúa, el Dramachat, las risas después de un momento emotivo, los dobles sentidos, las palabras...). Cuando inicié «Contando atardeceres» sentí que era necesario saber algo más de la autora antes de embarcarse en esta aventura porque inicia siendo MUY ella, pero poco a poco me di cuenta de que es un libro más que, además y no por ello, está escrito por una influencer: si nunca has visto nada de la vecina y apenas te suena el eco de su pseudónimo, es probable que también te sientas a gusto con este libro (obviamente si te llama la atención su trama y te da curiosidad conocer lo que escribe, porque no entenderé las reseñas de tristes estrellas cuando no han disfrutado del primero, pero allá cada quien con cómo quiere invertir su tiempo, aunque este sea muy valioso para gastarlo voluntariamente en algo que no te produce alegría). Esta segunda parte es un libro lleno de emociones: de las bonitas, de las que te estrujan el corazón, de las que crean lluvia en un día soleado, de las que te hinchan con una sonrisa que crece sin que te des cuenta, de las... en fin, de emociones e ilusiones. Bueno, y también de reflexiones. He amado la amistad que hay entre sus páginas, ver lo distintas que son entre ellas y cómo terminan por complementarse, por entenderse en momentos difíciles y desentonar por encima de los demás sin la vergüenza del que no está rodeado de la gente que merece. Cada una de estas amigas me han frustrado y las he amado por igual a lo largo del libro, algunas veces por no contar lo que sienten cuando saben que tienen apoyo al alcance de la mano, otras veces por la dulzura que desprenden por cuidarse las unas a las otras y conocer las señales. Una amistad tan preciosa que te llena el corazón de orgullo y alegría. Ha habido cositas con otro personaje que me han dolido y me han frustrado, no... Odio la falta de comunicación, el egoísmo y el orgullo que se escapa por no saber cómo tratar a alguien a quien quieres, de obcecarse con una opinión sin dar el brazo a torcer ni siquiera por escuchar la otra parte. Ha sido muy muy muy molesto conocer otras caras de un personaje que pensaba que iba a ser de otra manera. Aunque tampoco quiero decir de más por los spoilers. De este libro me quedo con los pelos de punta, tanto por las escenas bonitas y tan emotivas que llevaban las lágrimas a mis ojos, como por las escenas tristes que me destrozaban un poquito cada vez. También me quedo con las sonrisas del después, de medias sonrisas compartidas con los personajes y, en ocasiones, de verdaderas carcajadas porque no lo puedes evitar. Me quedo con la ilusión de las segundas oportunidades que da la vida y con las amigas que son hermanas. |
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