Nunca digas siempre

Que historia es conmovedoramente bella, no encuentro otras palabras para describirla.

Hay algo en la escritura de Jennifer, que siempre se me ha parecido atrapante, puedo decir con seguridad que todos los libros que he leído de ella me han gustado (como olvidar a Roht o Daemon). Pero siento que mientras pasa el tiempo, va escribiendo historias un poco más profundas, más entrañables y más reflexivas.

Exactamente como este libro.

Con, The problem with the forever (el problema con el siempre o como le pusieron en español: nunca digas siempre) llego a un nuevo nivel que jamás le había visto a Jenn. Incluso me recordó un poco a Colleen—diosa—Hoover, no solo por su bella escritura sino por tratar temas muy sensibles de una manera cruda, emotiva y provocándote el impacto adecuado.

Ese nuevo nivel, me hizo amar el libro, porque me hizo sentir varias cosas a la vez, les prometo que nunca había estado tan feliz y melancólica a la vez. Juro que tenía lágrimas en mis ojos y una sonrisa tan grande que me dolían hasta los cachetes, por todas esas hermosas palabras se fortaleza, superación y amor. Como dije, sus palabras removieron un montón en mí.
Reseña completa:
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