El suspiro del infierno

Tercera parte de la trilogía Dark elements. Y colofón de la trilogía.

Repito: si no lo habéis leído los libros anteriores, no continues leyendo, porque llegados a este punto es inevitable que se me escape algo.

Más vale prevenir que curar*

En esta tercera parte y tras el triángulo amoroso en el que se encuentra Layla, empieza a descubrir cuan fuerte es lo que siente hacia cada uno de ellos:

Zayne es… protección, es familia, es amor puro. Es… “daría mi vida por ti, si se diera el caso”.

Y Roth es… ese fuego, ese cierre de la cadena. Esa rosa que va quemando lentamente hasta alzarse en un fuego imposible de apagar, el que al fin tiene que agachar la cabeza ante el libre albedrío. El que se quema por ella. El que muere por ella.

Entiéndase como metáfora, por favor. Que es un YA de fantasía y no quiero asustar a las lectoras adolescentes.

Un muy buen final para una historia llena de tensión pasional entre las batallas y los personajes, un tira y afloja cargado de misterio, que junto con la parte humilde y cómica de la ambientación hacen que la lectura sea adictiva.

El crecimiento como personaje de Layla es abismal, por fin puede conocerse a sí misma sin esperar que los demás le digan como y que tiene que sentir.

El cara a cara con decisiones, que por fin le muestran de que color es el aura que le rodea.

La fuerza de la amistad, la pasión y la lucha del poder de lo justo, por encima de todo y de todos.

Oixx, oixx.¡¡Que sí, que me ha gustado!!

Pero la tristeza que invade mi corazón creo que es muy potente, después de dar por zanjada la historia.

Por suerte, hay un spin off esperándome y creo que podré sacarme la espinita que me ha dejado clavada ese final justo y precioso, pero que a mí me ha tocado la patata.

Cuando lo acabéis lo entenderéis.

Jennifer, Gracias por la tinta*


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