Abejas grises

Andréi Kurkov le da foco a una zona poco conocida o hasta ignorada cuando de guerra se trata, la zona gris.

A través de 74 capítulos y un epílogo nos presenta el panorama de las personas que deciden quedarse en su hogar y tratar de vivir o sobrevivir, entre bombardeos, en medio de un conflicto que parece no tener fin.

Sergueich y Pashka han decidido quedarse en su hogar, su pequeño pueblo de tres cuadras y día a día nos irán mostrando como es que el sentido de pertenencia se convierte en el aliado del hombre en épocas en las que no se vislumbra el horizonte.

A través de ellos observaremos la importancia que le da el ser humano al sentido de pertenencia y hasta qué punto necesita ser parte de un grupo. Aquí no importará que los vecinos se hayan ido, ellos se aferraran a esa comunidad extinta y trataran de respetarla hasta donde su sentido de supervivencia se los permita porque como bien dicen: la esperanza es lo último que muere y la esperanza trasciende fronteras.

Hay momentos en los que parece que la bondad se ha ido de Malaia Starogradovka pero hace sus apariciones mas genuinas a través de las acciones de Sergueich, un hombre que sabe que en tiempos de guerra hasta un caramelo resulta reparador.

Una historia que sin duda será del agrado de todos aquellos lectores que gustan de historias donde los ingredientes principales son la guerra, la esperanza y la resiliencia.