Esta segunda parte ha sido toda una experiencia. Una montaña rusa que no hacía más que subir y subir y subir. El mundo se expande, se descubren territorios, una ambientación mucho más "romana" (circos y batallas de gladiadores incluidas), muchísimos personajes nuevos y la trama se vuelve más compleja. Sobre todo al final, cuando los giros argumentales te dan la vuelta a la tortilla en cuestión de tres páginas. Porque, señores, qué final. Realmente la acción no decae en ningún momento de la historia, pero es que los últimos capítulos son de infarto. Hasta la última palabra. Y los que lo habéis leído, sabéis a lo que me refiero. QUÉ ES ESE FINAL, SEÑOR KRISTOFF
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