Tumba de Dioses

¡Por la Negra Madre, menudo librazo!

Es posible que lo haya cogido en el momento más adecuado porque lo he disfrutado desde la misma primera página hasta la última, mientras que con el primero me costó un poco arrancar, además de que el tema de gladiadores que se trata en este no me termina de entusiasmar, pero he leído las batallas con los ojos brillantes de emoción por la manera tan explícita y visual que tiene Jay de narrar. *suelta un chillido*

Mia es... ay, Mia. Me aluciflipa la pedazo de protagonista que se ha marcado el autor, creo que es de mis protagonistas favoritísimas de la vida y eso que, hasta este año, nunca he considerado tener protagonistas favorites. Es brutal la forma de ser que tiene, tan directa, tan letal, tan vengativa... pero a veces (muy pocas) también un poco tierna. ¡Don Majo y Eclipse! Es el dúo que no sabía que necesitaba hasta que lo he tenido delante, me encanta que den la chispa de humor a una historia peliaguda y oscura. No quiero destripar nada del resto de personajes, pero hay algunos que se han ganado hueco en el podio de "te he cogido cariño aunque estemos en una novela sanguinaria en la que, a un giro de página, quizás acabes muerte".

La forma de escribir del autor es completamente visual, las batallas es como si se sucedieran delante de los ojos del lector. Fluyen las imágenes, los golpes, los espadazos, la sangre deslizándose espesa y oscura, salpicando completamente la arena de juego. La acción es constante y eso, unido con la constante tensión, es un sinvivir saltando de un giro argumental al siguiente. Admitiré que, cuando un libro es gordo y quiero saber, adelanto páginas para saber lo que me espera porque la ansia me come viva y, aún así, me he llevado sorpresas en gran cantidad.

Ah, y si el ritmo de lectura ya era trepidante durante la mayor parte del libro, ni qué decir en las últimas cien páginas... Locura tras locura tras locura. Y pensar que aún me quedan más de ochocientas páginas de desenlace *-*