La verdad más profunda

Otro libro que me apetecía mucho leer y que esperaba con ilusión.... y me ha defraudado. No es que el libro esté tan mal, pero no ha cumplido mis expectativas ya que esperaba mucho más después de haber leído un libro anterior del mismo autor “Aguas gélidas”.
El libro empieza, narrado en primera persona, con la confesión por parte de una madre soltera, adicta a las drogas, de unos crímenes cometidos meses antes; lo que aclara la desaparición de una pareja que se estaba investigando.
A partir de aquí, seguimos los pasos del protagonista, Rob Barrett, agente del FBI desplazado a la zona para la investigación. Rob, al contrario de la mayoría de los implicados en el caso, está convencido de la veracidad de la confesión y hace todo lo posible para confirmarla.
El caso tiene lugar en una zona costera de Maine, que vive del turismo en verano y de la pesca cuando es posible. Las víctimas son el hijo de una familia adinerada que tiene una mansión de veraneo en la zona y la hija de un pescador de langostas.
Todo el libro, a pesar de estar narrado en tercera persona, transcurre alrededor de Rob; viéndolo todo desde su punto de vista; al tiempo que conocemos su vida, sus pensamientos y, sobre todo, sus frustraciones y sus dudas. de pequeño pasaba los veranos en casa de su abuelo, un matón borracho, dueño de un bar en el pueblo donde han ocurrido los hechos, lo que hace que conozca a algunos de los implicados.
También nos va contando como, poco a poco, se va implicando con las familias de las víctimas, llegando al punto de poner en peligro la investigación.
Pesa a que parece que ha de ser absorbente o apasionante, manteniendo el interés y la intriga, se hace lento y pesado, debido a la gran cantidad de repeticiones que he encontrado, tanto en la parte de la investigación en si, como en la parte de la narración referente a la vida del protagonista.