Todavía sigo procesando cuánta belleza cabe en un puñado de páginas. Lo primero que quiero destacar es que las ilustraciones de este manga son sencillamente hermosas, hay muy poco diálogo porque no es necesario, los dibujos nos permiten sentir la historia de una manera en la que, sencillamente, sobran las palabras. La historia narra las diferentes vidas de un grupo de niños en un pueblecito cerca de Alemania en los años 30. Está contado con la ternura infantil del que no entiende la guerra pero sí el dolor. Me ha emocionado muchísimo el mensaje que transmite: a pesar de la crueldad que tuvieron que presenciar y las durezas de un contexto tan frío, la infancia es un bálsamo, un abrazo, un recordatorio de que todavía hay esperanza. |