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A Aster le encanta la magia y quiere poder aprenderla para poder ser un buen brujo. Pero hay un problema, los chicos no pueden ser brujos. En su familia sólo las chicas pueden ser brujas, y los chicos cambia formas. Aunque eso no es lo que quiere Aster, y nadie parece entender su punto de vista, él solo puede hacer lo que debe hacer. Y, ¿Qué pasaría si él aprendiera magia? ¿y si nunca llegara a transformarse? ¿Qué pensarían de él? Además, ahora están sucediendo cosas en los alrededores de su casa, que comienzan a preocupar a su familia, y él sólo podría ayudarlos empleando la magia… Hace tiempo me leí la segunda parte, porque no sabía que había una primera hasta que ya fue tarde. Y a pesar de que se puede leer de forma independiente, creo que leerlo en orden ayuda a entender mejor la historia. A parte, estos libros siempre tienen algo que te hace replantearte algunas cosas y a la vez alguna crítica hacía distintos temas, y por supuesto enseña distintos valores. Cuando empecé a leer el libro me dio mucha rabia que a Aster no le dejarán hacer magia por ser un chico, que no dejaran de repetirle que era sólo algo de chicas, a pesar de sus empeños por explicar su interés en la magia. Luego, le explican por qué no puede, pero no me parecía que fuera una razón de peso, no quiero decir más porque no sé si se podría considerar spoiler. El avance de la historia me gustó mucho, las cosas que van sucediendo a lo largo de la novela me parecieron muy interesantes y entretenidas. Además, las ilustraciones son muy bonitas, creo que es un gran mérito que la autora no sólo haya escrito la historia, sino que también la plasmara a través de los dibujos. En resumen, es una novela gráfica muy entretenida en la que plasma unos valores muy importantes, con una historia bonita, pero con mucha acción y suspense. Yo se lo recomendaría para aquelles niñes que estén comenzando a leer, que quieran empezar o que les gusten las novelas gráficas, porque es muy amena gracias a las ilustraciones. |
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