Si bien es cierto que la primera parte me gustó muchísimo, este me ha gustado más por nuestro protagonista, Gordo y por ser más adulta que la anterior. En este libro conoceremos a Gordo en profundidad, tendremos sus flashbacks al pasado y iremos con él a su infancia, como lo marcó su padre, su relación con su madre, como conoció a la familia Bennet, cómo acogió a Ox (nuestro protagonista de la primera parte la Canción del Lobo), como se hizo amigo de Chris, Tanner y Rico y como acabó siendo dueño del taller. Menuda vida la de Gordo sinceramente, he llegado a entender su comportamiento respecto a todos aunque ya de cara al final le hubiera dado una colleja para que espabilara, porque yo me pregunto…. Hasta que no vamos a perder algo, ¿no abrimos los ojos? Pues más o menos es lo que le he pasado a él. Este libro empieza narrado desde la última parte del primer libro pero desde un punto de vista que nos faltaba y eso ha hecho que también me gustara mucho más y entendiera muchas más cosas. Me cuesta no contar nada para no destripar ni este ni La Canción del Lobo, pero voy a intentar transmitiros todo aquello que he sentido. La parte del presente es un sinfín de acción, de magia, de todos los personajes, porque iremos conociendo a todos los personajes más profundamente. He sentido pérdida, rabia, impotencia, pero también amor, compañerismo, amistad, porque a veces los amigos son los lazos que nos unen. “A veces la familia que uno elige es mejor que la de sangre” Vamos a tener un montón de risas y mucho drama peeeero he de decir que el autor en esta segunda parte se ha portado “bien”, no quiero imaginar los pañuelos que gastaré con el próximo libro… |