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Laura Callaway es una mujer que sale todos los días a la costa para recoger las pequeñas cosas que todo el mundo abandona tras los naufragios. Luego envia cartas a los familiares de los que han muerto o de los que encuentra cosas para informarles. Pero un día, en la costa, encuentra su mayor tesoro. Se llama Alexander y aunque parece un marinero, desde el principio Laura sabe que oculta secretos. Cuando otro superviviente aparece de este barco, todo se complica pues ambos parecen acusarse de ser traidores y sólo y uno dice la verdad. De verdad que me ha encantado. Desde el principio te engancha porque empatizas con Laura, vives su historia, te emociona. Me encanta la originalidad del naufragio, de como ella hace algo tan bonito con todo lo que se abandona en éstos. La historia de amor de Alex y Laura tan a fuego lento, tan de confianza y respeto, me ha parecido muy bonita y adictiva. Además los secundarios son todos geniales, unos porque dan mucho juego amoroso pues aquí todos tienen un amor por el que suspiran pero casi nadie es correspondido y ese salseo me encanta. El enemigo de Alexander al que odiarás, incluso Daniel, el amigo de Alex por el que sentirás una gran lástima. Un libro original, bonito, muy bien escrito y que te envuelve en un mundo de marineros, naufragios y peligro en la mar pero también de esperanza y anhelo. Además en una edición de Libros de seda que una vez más se supera y que solo puedo calificar como una maravilla. |
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