Una historia entre tierna y divertida en la que como no podía ser de otra forma, lo que mal empieza bien acaba. Sammy y Doug se conocen cuando sus padres deciden casarse. Él la considera una princesita del otro lado del charco y ella a él un paleto de las Highlands, es más, el primer día lo confunde con un trabajador del Castillo. El enredo final tiene también su aquel, porque aunque se sospeche el desenlace, no deja de ponerte nerviosa. Entretenida y fácil de leer. |