Es un libro de fácil lectura. Una muchacha de amores contrariados, una casi solterona para su época, con una mente dispuesta a crear las aventuras más alocadas, que se desvanecen estepitósamente contra la realidad, y una gran facilidad para embarcarse en ellas, realmente, si las promueve el profesor de francés. Tiene episodios francamente hilarantes y pasajes con diálogos irónicos muy interesantes. Ah, las clases de francés, que no son tales, están a cargo de un conde, decidido a estar siempre en medio de problemas que lo ponen al borde la legalidad.
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