Posesión

Sobre el libro:

Todo parecía normal, un día de verano caluroso y perezoso como tantos otros que quedaban en Wentworth, Ohio. En la calle Poplar, casi todo el mundo estaba disfrutando de este magnífico día de vacaciones, los niños estaban en la calle, los adultos paseaban despreocupadamente … todos ajenos al mal que iban a tener que soportar las próximas horas de ese día tan tranquilo en una calle aparentemente de lo más pacífica.

Nadie repara en la furgoneta roja misteriosa que está aparcada en lo alto de la calle, un símbolo claro de que algo va a salir fatal… pero, ¿quién se lo podría haber imaginado? En muy poco tiempo, todo se tuerce para mal, y la supervivencia será lo que impulse a los vecinos a resistir a lo largo de la novela, pero no solo tendrán que temer por sus vidas, sino también por sus mentes…

A lo largo de la historia se ve reflejada una brutalidad insólita, dónde Stephen King (o mejor dicho Richard Bachman) no omitirá ni un solo detalle, describiendo todo con pelos y señales y mostrándonos la verdadera crueldad que King puede desatar en sus libros. Si eres muy sensible a la violencia, igual este no es tu libro…

Una cuestión a destacar de la novela que me llamó la atención, es que no hay un protagonista principal, nuestros protagonistas son todos los vecinos de la calle Poplar, a pesar de que algunos vayan tomando más relevancia a lo largo de la historia, como Audery Wiler y su sobrino Seth Garin, un chico autista que perdió a sus padres en un trágico accidente.

Me gusta que a lo largo de la novela vayas descubriendo información que te hace comprender mejor la historia principal, pero siempre te queda la duda de qué pasará a continuación. Cada vez que piensas que sabes lo que va a ocurrir o sospechas vagamente cuál podría ser el final, hay un giro inesperado y tenemos ante nosotros una situación completamente distinta.

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