Ojos de fuego

Me cuesta empezar la reseña de este libro porque, a pesar de que hace unas semanas que lo terminé, aún no tengo una opinión clara sobre él... No era un libro que me atrajese demasiado, pero como me embarqué en la aventura de intentar leer todos los libros escritos por SK y éste era de los pocos anteriores a los 90 que no había leído ya, tocaba hacerlo. Y como sabía que lo iba a leer sí o sí, fui a ciegas conociendo solo su título en español y el original además de algo que se le pudiese haber escapado a alguien que lo hubiese leído...

Cuando comienzas la lectura no sabes como se llegó al punto en el que se están desarrollando las cosas. Me sentía un poco perdida, pero en el buen sentido; en ese sentido que hace que quieras saber algo más sobre lo que pasó para llegar a donde están y que también hace que leas con ganas lo que esta sucediendo a ver si captas posibles pistas.
Ese primer tercio me gustó mucho a pesar de las vueltas a lo mismo y las descripciones interminables que caracterizan a King. El problema fue que cuando todo se destapa, ya casi no quedan secretos del pasado por desvelar y el libro se centra fundamentalmente en lo que pasa en el presente me empezó a dar la sensación de que no avanzaba ademas de dar vueltas como un pollo sin cabeza. Creo que si se hubiese acortado la longitud de esta parte habría sido mejor. Que sí, que quiere dejar claro como era la situación. Pero se ha pasao de vueltas, alguna menos habría sido mejor para no marear al lector. Sobretodo porque el final es muy bueno, creo que de los mejor hilados de King y con un balance perfecto entre final feliz y final triste.

En general es un libro entretenido, muy King y, aunque le sobran algunas páginas, no es tan evidente como en otros casos. Creo que me he topado con pocos libros suyos que pasan de las 600 a las que no les sobren... puede que llegado ese volumen le traiga sin cuidado enrollarse de más. Aunque es el Rey y puede permitírselo porque sabe que se lo perdonamos y lo olvidamos en cuanto otra de sus novelas cae en nuestras manos...