La librera de Kentucky

Esta novela me ha gustado mucho y no apostaba por ello al poco de empezarla, pero me fue ganando a medida que avanzaba en su lectura y al final hasta ha llegado a emocionarme en algunas partes.

La joven Cussy Mary Carter, trabaja como librera itinerante del Proyecto de la Biblioteca de Caballos de Carga, respaldado por Roosvelt en plena década de los años treinta, y subida en su vieja mula Junia, reparte lecturas hasta en el lugar más remoto de los montes Apalaches en Kentucky superando dificultades, peligros y sobre todo mucha hambre, pero una de las cosas que más me llamó la atención fue su peculiaridad genética porque al principio no entendía cuando se hablaba en el libro de los “azules” y pensé que era algo que había inventado la autora, pero no, a poco que me puse a investigar vi que ese color tan característico de piel tiene un nombre: “metahemoglobinemia” y es algo que marca mucho la vida de la maravillosa Cussy y casi nunca para bien, ya que tanto ella como su padre, un viejo minero son discriminados por gran parte de la población, aunque ello no sea un impedimento para que pueda repartir libros o revistas.

A través de los ojos y la voz de Cussy veremos su amor por los libros y la importancia de tener una educación, pero también recorreremos el entorno por el que se mueve, las terribles dificultades por las que pasan algunos de sus “lectores” por el aislamiento en el que viven y por la extrema pobreza de algunos de ellos y la falta de alimentos que los llega a matar de hambre en muchos casos.

Es una historia dura, pero muy bonita y de igual modo que hay personajes que odian a los azules (y también a los negros, no vayáis a pensar) también hay otros que están ahí para arroparlos y que me han parecido maravillosos. Es imposible no indignarse por momentos mientras lees, pero también es emocionante ver como una chica tan joven no se rinde a pesar de que la vida no se lo pone nada fácil. Toda una resiliente esta Cussy Mary.