Un cuento infantil —dedicado a los abuelos del autor— con ilustraciones delicadas e invernales que te van a dar ganas de saborear una taza humeante que sirva las veces de calentador de manos. Un librito que, a través de Topo, nos da la solución a nuestras preocupaciones: apoyarnos en otros, en nuestros amigos, en nuestra red de confianza. Se trata de una historia para que los más pequeños entiendan que está bien buscar ayuda, abrirse y compartir lo que se nos «hace bola», en lugar de rumiar cada pensamiento y sentimiento, para luego esconderlos aquí y allá, que los demás no puedan verlos y a ti, además, solo te atormenten, como fantasmas, en cada rincón y esquina de tu mente. Una moraleja necesaria expresada, contada e ilustrada de la forma más sencilla y tierna. |