La locura de lord Fenton

Mi primera novela de esta autora ha sido un éxito inesperado. He de confesar que me enamoré de la portada seguidamente de la sinopsis.

Sin embargo, tuve una decepción inicial con el tipo de personaje masculino que rompe el arquetipo de galán viril que arrebata la atención de la damisela. En este caso, se trata de una pareja que comienza su andadura en la infancia con un encuentro fortuito, cómplice y trascendente, para luego mutar en un matrimonio de conveniencia poco alentador hasta que florece en una relación basada en el apoyo, la compenetración, el amor y el deseo. ¡Es todo un viaje de emociones!

Me ha encantado la primera vez que Alice y Charles cruzan sus caminos. de niños, en medio de una travesura bastante caótica, de la que surge un pacto que dejará huella indeleble, especialmente en Alice a quien le cambiará la vida y alterará su embelesamiento por el joven heredero.

A pesar de su situación social y familiar pobre en cariño, nuestra querida Alice es una ilusa, una doncella cándida e ingenua, dotada de un vivaz carácter y despierto intelecto, pero incapaz de anticipar la trampa que en realidad supone la oferta de matrimonio más codiciada de la temporada. Su candor es entrañable y acrecienta la sensación de compasión que despierta su inminente descubrimiento sobre las verdaderas intenciones del ídolo de su infancia, el gallardo lord Fenton. Ni se imagina que en su cruzada en pos de la respetabilidad, el futuro conde ha estipulado un enlace de conveniencia que pretende cumplir en términos rigurosamente prácticos, es decir, carentes de pasión y amor. ¡El chasco que se lleva la pobre es mayúsculo!

Al principio, no sabía qué pensar del protagonista masculino. Es, en esencia, un tarambana. El típico heredero de título y fortuna que derrocha ambos en juergas y escándalos. Tenía yo la esperanza de que guardara motivos ulteriores para sus libertinajes, una razón oculta que redimiera el lado más crápula de su comportamiento. Y, poco a poco, algo se intuye en su monólogo interior, aunque no queda su peso lo bastante justificado en comparación con el desperdicio de sus modales y reputación. Realmente nos convence de que su disipación es tan irritante y vergonzante como para la novia. Cuesta exonerar al petimetre presumido a lo Beau Brummel cuando una espera, como la encandilada Alice, a un Adonis caballeroso y admirable.

Tendremos que esperar a una evolución dolorosa, sentida y humana para que este personaje asuma su valor en el mundo gracias a la abnegación de madre y esposa. Antes de la epifanía, sus desencuentros son épicos. Cruzan diatribas enfervorizadas y se lanzan dardos que tiemblan de enojo, ego herido y anhelos frustrados. La trama ahonda en misterios familiares de intensa repercusión, que ponen a prueba los lazos entre los personajes, pero sacan a relucir sus miedos y sus necesidades emocionales con suma gentileza y sensibilidad.

Me ha gustado mucho la dulzura de Alice a la par que su fuerza espiritual. Aunque Charles distaba de mi aprobación en ciertos aspectos locos de su vida pública, he comprendido sus dudas, su vulnerabilidad ante un ejemplo paternal y matrimonial que había afectado su reacción ante el mundo. La relación con la madre por parte de ambos es conmovedora y los sucesos en la segunda parte del libro son sorprendentes. Por fin, la pareja logra conectar emocionalmente debido a ellos y mostrar sus verdaderos sentimientos, sus sueños y deseos.

Se cierra con un desenlace agridulce, pero muy bello que inspira buscar lo mejor en nosotros mismos y a aferrarse al amor de nuestros seres queridos. Un romance casto, bonito y bien tramado. Ahora siento curiosidad por otras obras de esta prolífica autora :-)
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