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Hendrix, el protagonista, es un chico que se siente bastante solo. Su padre falleció y no llegó a conocerle, su madre no está mucho en casa y no le presta atención. Considera a su abuelo como su figura paterna, el caso es que ahora está internado en una residencia porque tiene Alzheimer. Hendrix va a verle con frecuencia y, un día, su abuelo le pide que su último deseo sería volver a Ítaca, donde se vivió la historia de amor con su abuela. Casualidad que una noche decide hablar por primera vez con Corrina, una chica a la que suele observar tocar la guitarra y cantar en la calle cuando él vuelve a casa y conoce de su clase de poesía. Ella desea irse de Los Ángeles e ir a Nueva York, para empezar de cero, él quiere llevar a su abuelo a Ítaca, la oportunidad perfecta para lanzarse a la carretera. Es una historia de personajes. En los que, especialmente Hendrix, evolucionará dándose cuenta de lo que realmente importa y atreviéndose a tomar la iniciativa en cosas que jamás pensó. Por otra parte, nos dará bastante impotencia algunas situaciones con su abuelo, un personaje que tiene un toque entrañable y vive tanto en sus recuerdos que el que se le escapen cosas duele. No me ha sido fácil entender a Corrina, ya que su vida es la música y la mayoría de veces he sentido que el autor se centra demasiado en eso para que la conozcamos. al igual que a veces con el abuelo, que tendrá muchos recuerdos a través de esas canciones. He leído algunos libros con una base musical pero me resultaba pesada tanta mención. Quizá por eso, la conexión que quiere hacer el autor entre ella y Hendrix me ha parecido extraña. Una novela amena. Busca tocarnos el corazón pero se queda un poco por el camino, sin embargo, dejando de lado esto los personajes están bien construidos y está bien vivir con ellos el viaje. |
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