El libro de los anhelos

Sue Monk Kidd es una autora estadounidense. Graduada en enfermería comenzó escribiendo algunos ensayos de memorias espirituales que comprenden experiencias del cristianismo contemplativo, introduciéndose posteriormente en temas sobre teología feminista.

Su primera novela de ficción "La vida secreta de las abejas" ha sido una de las obras más aclamadas durante la primera década del 2000. Se mantuvo en listas de Superventas del New York Time por dos años y fue publicada en 35 idiomas siendo llevada a la gran pantalla por maravillosas actrices como Queen Latifah, Alicia Keys, Sophie Okonedo, Jennifer Hudson y Dakota Fanning.

Sue Monk Kidd destaca por su dedicación y gran proceso de documentación de sus obras. Así lo muestra en su última publicación "El libro de los anhelos". Una novela en donde reinterpreta parte del Nuevo Testamento otorgándole a la figura de Jesús no solo un carácter más humano, sino que se toma sus propias licencias para presentar y dar voz a una posible esposa de este gran personaje histórico.

Narrado en primera persona Ana, la protagonista, revela, de forma minuciosa, el papel de la mujer durante el siglo I en Palestina descubriendo sus pensamientos más íntimos y relatando las vicisitudes que el destino le tiene reservado.

La pluma de la autora es culta, sencilla y muy descriptiva, especialmente en las estancias, vestimenta e incluso las situaciones. Si bien con ello se recrea de forma extraordinaria el trasfondo de la obra dotándola de un contexto político, histórico y cultural fiel a la época, en ocasiones, convierte el texto en una lectura más ensayística que narrativa ralentizando el ritmo de la misma.

Considero que este factor es subjetivo a nivel lector, pues lo que a unos le puede resultar un gran proceso documentativo que dota de riqueza y credibilidad a la narración, a otros le puede resultar excesivo y pesado. Personalmente me encuentro en término medio, pues si bien he disfrutado con algunas de las partes, permitiéndome conocer la época, en otras deseaba seguir más la acción de los personajes que todo lo que pudiera contarme de su alrededor.

El papel de la mujer se revela en todo su esplendor, no solo a través de Ana, sino de la historia de varias mujeres que aparecen en su entorno. Cada una de ellas presenta un ámbito femenino diferente impreso en una subtrama compleja en donde se da un fiel retrato de la situación social en la que se encontraban. de este modo se explora la sensualidad, la maternidad, la espiritualidad e incluso el deseo de libertad.

Todos y cada uno de los personajes que se suceden entre las páginas de esta historia tienen un papel fundamental aunado a unas características y personalidades propias. Son complejos y sus conversaciones e intereses van aunados a su función en la trama. Un aspecto que resulta muy interesante a lo largo de la obra.

La autora se toma ciertas licencias, las cuales expone en una nota breve al final, para presentar a un Jesús más humano y basarse en momentos y referencias evangélicas para configurar la trama por la que Ana debe pasar. de este modo, el lector podrá encontrarse con buena parte de los discursos de Jesús e incluso acompañarlo hasta el Calvario desde un punto de vista femenino.

Resulta muy interesante cómo la autora enreda y desarrolla diferentes momentos de tal forma que los aspectos más personales de Jesús quedan hilados y dan respuestas factibles a las dudas que pueden crearse respecto a su origen e, incluso, a su vida en el día a día. Siempre sin dejar de ser fiel a lo expuesto en las Escrituras.

En general, me ha parecido una novela original y muy dinámica en donde Ana debe enfrentarse a múltiples situaciones que resultan de lo más interesante haciendo que el lector recorra el pasado y ponga su atención en la historia desde otra perspectiva.

Considero que una de las motivaciones de la autora es tratar de recrear y dar voz a la vida de tantas mujeres que debido a su condición han estado silenciadas a lo largo de los siglos, por ello recomiendo mucho esta lectura completamente inédita en donde la libertad, la rebeldía, el amor y la espiritualidad tienen nombre propio.