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Segunda entrega de la trilogía berlinesa. Berlín, 1938, el régimen nazi está en su máximo apogeo, ejerciendo un control en su población y exigiendo una sumisión absoluta por parte de ellos. El delirio ario se manifiesta abiertamente en todos los órdenes de la vida en la capital alemana: persecución contra los judíos, católicos, homosexuales, extranjeros, exaltación de una historia pagana alemana tan glorioso como artificiosa, etc. En este contexto, el detective Bernie Gunther recibe el encargo de investigar el origen de un chantaje del que está siendo objeto el hijo de una acaudalada editora berlinesa. Paralelamente, es abordado por su antiguo jefe de la policía para que reingrese en el cuerpo que abandonó, asqueado, cuando vio la deriva que tomo al subir al poder el nacionalsocialismo de Hitler. Su presencia en la policía es requerida por las más altas instancias de la Gestapo, sabedores de que Gunther es el mejor sabueso de la capital e impotentes al no poder avanzar en la investigación de varios asesinatos rituales cometidos contra jóvenes adolescentes alemanas, todas ellas prototipo perfecto de espécimen ario soñado por el Führer. Philip Roth demuestra, de nuevo, sus grandes dotes de escritor de novela negra, aliñando magistralmente las dosis necesarias de cinismo, realismo, investigación criminal, éxito y fracaso que harán que las expectativas de todo amante del género noir queden perfectamente colmadas. |
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