Los Vagabundos del Dharma

Considerada una de las mejores obras de Kerouak, Los vagabundos del dharma es una novela de búsqueda tanto interior como exterior a través del budismo zen.

Como ya ocurre en El Camino la historia está plagado de numerosos personajes reales que el autor cita con pseudónimos (aunque ya existe una versión de El Camino por su 50 aniversario con los nombres reales de todos los personajes) y que formaron parte de la cultura beat y en el caso de este libro también hay personajes que formaron parte del grupo del Renacimiento de San Francisco en los años 50.

En esta obra el alter ego de Kerouak narrará las vivencias y peripecias siguiendo a Japhy Ryder (alter ego del poeta Gary Snyder) poeta, seguidor y gran conocedor del budismo con quien vivirá diferentes experiencias buscando entre otros llegar al nirvana.

Toda la obra está repleta de conocimientos y reflexiones budistas, alguna de las imágenes que evoca, como las excursiones al límite a las montañas son otra manera de exponer el viaje y la búsqueda que está haciendo el autor. Para él “Los vagabundos del Dharma” tendrían que ser todos los jóvenes que abrazaran la fe budista, pero también su forma de vida, para posteriormente llevar el Dharma a todo el mundo.

Y alrededor de todo esto, se el autor vuelve a utilizar la prosa directa y sin freno de Kerouak, que en algunos pasajes recuerda a El camino, pero en cambio en otros se vuelve totalmente introspectivo y reflexivo alrededor del budismo, de alguna de sus figuras míticas y la necesidad de romper con lo establecido y con la sociedad conformista americana, reflejada en diversas ocasiones por el silencio de las noches acompañado por las leves luces que producen los televisores en los comedores de las familias americanas.

En la escritura volvemos la capacidad de crear imágenes potentes con muy pocas palabras cuando está realizando alguno de sus viajes a dedo, donde puede retratar a gran velocidad innumerables acompañantes que lo acabarán llevando a su destino, como sus ya habituales viajes en tren de mercancías como un polizonte más. Así como es muy destacable su fijación con la naturaleza, de vivir en ella sin necesidad de nada más, como la paupérrima alimentación que muchas veces llevan pero que demuestra su voluntad de vivir con lo mínimo.

Pero siempre existe el contrapunto en Kerouak, los excesos, de sexo, alcohol, drogas, noches que se convierten en días, acompañado por todos sus amigos y muchos más en fiestas donde se vive al límite, siguen siendo un punto importante en el dibujo de una generación de posguerra que quería cambiar lo establecido viviendo la vida al límite delante el conservadurismo del “American way of life”.

Una lectura que no me ha gustado tanto como El camino, sobre todo por las partes donde profundiza en el budismo que aunque me gusta el tema, se me han hecho a veces un poco lentas. En cambio todos sus viajes, las fiestas, esa manera de vivir al límite siguen llevando a una lectura rápida y desenfrenada. Considero que no es un libro para todo el mundo, y si se quiere conocer al autor y su generación es mejor empezar por El camino.

Enlace: https://www.instagram.com/p/..