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En el momento en el que empecé el libro estaba en busca de una novela fresca y adictiva que me ayudara a relajarme en los últimos días del año y a desestresarme del estrés de preparar los exámenes de enero. En efecto, es una novela fresca y adictiva, pero sin embargo no llegué a conectar con ella tanto como me hubiera gustado. Creo que fue debido principalmente a la protagonista, Mackenzie: una chica de familia rica que no sigue las normas del dinero y que quiere crear su fortuna por su cuenta y sin depender de un marido. Ésto me pareció muy forzado y muy estereotipado para que nos cayera bien la protagonista. Por otro lado, el protagonista masculino me cayó bastante mejor: su relación con su hermano y sus ganas de salir adelante a pesar de lo malo de la vida son notorias y no tan metidas con calzador. Se ve venir desde las primeras páginas la evolución que va a tener el romance durante todo el libro (cliché de la apuesta para conseguir a la chica) pero no por ello es menos enganchante el esperar a ver cómo reaccionarán los personajes. Los personajes secundarios me parecieron muy presentados para conveniencia de la trama: no tienen éstos una evolución propia o notoria (es destacable porque son en cierto sentido determinantes para la historia). El final era el esperado pero no por ello menos gustoso de leer. Me gusta que los libros acaben bien cerrados y éste es así. |
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