Todo lo que nunca fuimos (Deja que ocurra 1)

Termino esta primera parte sin saber porque no la había leído antes, la verdad.
Los muchos pendientes y alguna que otra opinión regular que había recogido en alguna red social, seguramente han tenido la culpa. En todo caso, estoy muy contenta de haberlo hecho ahora, pues Todo lo que nunca fuimos, me ha gustado mucho. La vida bohemia, vegana, surfista, tranquila y en general saludable de Axel en la bahía de Byron Bay (Australia) y su trabajo como diseñador "freelance", me han ayudado a ubicarme rápidamente en la lectura.
Esta es la historia de un amor platónico, el de Leah por Áxel en el momento en que las circunstancias hacen que deban convivir durante tres semanas de cada mes durante el último año de instituto de ella, después de la trágica muerte de sus padres. Pero Leah ya no es ninguna niña y Áxel empezará a mirarla con otros ojos aunque sabe que no debe, pues hay demasiados motivos para no hacerlo. Ambos son artistas y una de las cosas que me han gustado mucho es la admiración que Áxel , que arrastra sus propios demonios, siente por el trabajo de Leah.
Aunque el "cliché" del mejor amigo del hermano mayor, es recurrente en el género, en ningún momento he tenido la sensación de estar leyendo una historia ya contada, pues Alice Kellen, consigue como pocas autoras que la historia fluya de una manera muy "fácil": los diálogos , situaciones, y la manera como expresa los sentimientos de los protagonistas en cada momento, hacen que seas consciente de lo difícil que es escribir una buena historia haciéndola creíble y no se como lo logra, pero siempre tengo la sensación de conectar con los personajes y empatizar con ellos.
Como aspecto menos positivo, me ha desagradado el tono paternalista de Oliver y Áxel al decidir algunas cosas sin contar con Leah que aunque vulnerable, es capaz de decidir por ella misma, equivocada o no; pero eso es parte de la trama y sin ella no habría libro.
La historia también habla de la pérdida, el duelo y afrontar momentos en que todo cambia, no sólo para Leah por su dura situación personal, si no para Áxel que ve como se transforman los sentimientos por una persona a la que siempre ha tenido cerca.
Aunque es una historia sencilla y el conflicto intuyes cuál será desde el principio, es bonita y sobre todo, está muy bien contada bajo mi punto de vista. Es un placer abrir un libro y dejar que los problemas sean de otros por un rato, ponerte cómoda, sumergirte en la historia y simplemente "dejar que ocurra."


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