Un poco cliché para mi gusto, la nena que se enamora del mejor amigo de su hermano mayor, es su amor platónico y lo ha idealizado por años, más el pasa de ella, siempre ha sido invisible para él porque a sus ojos la ve casi como una hermana, pero aun así sigue alimentando su amor por él, hasta que un accidente trágico sacude su mundo y se lleva no solo a sus padres sino también sus ganas de vivir, de ver la vida en colores, dejando todo teñido de gris y desesperanza. Por temas laborales del hermano, o digamos por las vueltas de la vida, Axel queda a cargo del cuidado de Leah (la hermanita menor), que ya no es la niña alegre y llena de luz que él conocía, así que hará todo cuanto pueda por sacarla adelante, por desenredar todos los nudos y marañas en la que se ha escudado Leah, un objetivo nada fácil, pero también con descubrimientos y resultados inesperados, en pocas palabras se da a la tarea de psicólogo de adolescentes. El rollo va por ahí, la convivencia entre ellos y las vueltas dramáticas que conlleva toda la situación como tal, que desde mi percepción sobran las páginas, pero veré en que acaba todo más adelante. |