En esta novela de la autora sí que he encontrado lo que esperaba de ella (la anterior me dejó un sabor algo agridulce). Nos encontramos con que la protagonista se cuela en una boda y se deja el móvil, que encontrará el hermano de la novia —esta premisa me atrajo desde el primer momento—. Stella y Hudson tienen una química maravillosa y unas historias personales muy interesantes; me han gustado muchísimo los dos. Además, los secundarios y los giros inesperados son todo un plus. Sencilla, adictiva y divertida, la he disfrutado un montón.
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