 |
Se trata de un thriller bastante entretenido que atrapa desde el principio. No obstante, también deja espacio para el amor y las relaciones familiares. En esta novela se suceden los asesinatos de niños a través de un procedimiento similar; sin embargo, una persona ya fue condenada y ejecutada por casos similares, ¿se tratará de un imitador o no se ejecutó al responsable de las muertes? Algo que hace que te cueste dejar de leer es que la acción (desapariciones y muertes) no cesan en todo el tiempo. De entre todos los personajes, sin duda, tengo que destacar a Nick Morelli y a Maggie O'Dell. Con esta última he empatizado totalmente. Se trata de una mujer joven y valiente que carga a sus espaldas con casos pasados y con situaciones personales complicadas. Me ha gustado mucho su decisión, su intuición y su fuerza. Por su parte, Nick tiene aspecto de chico malo, pero con cierta dulzura que atrae. El uno y la otra dirigen la investigación de estos asesinatos y, desde el primer momento, conectan en diferentes sentidos. Por otra parte, está escrita de forma sencilla y ágil. Sin embargo, he echado de menos que se estructurase en capítulos más breves, pues se divide en ocho capítulos y un epílogo, lo que ralentiza algo el ritmo. Por último, la portada me ha gustado, pues refleja a la perfección la ambientación de la novela y los lugares en los que se encuentran los cuerpos (en zonas de un bosque nevado). Lo único que no me agrada es que el nombre de la autora aparece en una fuente superior a la del título. En definitiva, es una novela recomendable para los amantes del thriller, aunque el desenlace se puede intuir. |
>
