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Cuando cerré por última vez este libro, pensé... “Lo ha vuelto a hacer”. En ese momento me invadió una necesidad incesante de abrazarlo durante un rato antes de soltarlo. Esta vez la autora trata muchos de sus temas habituales como son el feminismo, el empoderamiento o el amor propio entre otros. Pero en esta ocasión también nos habla de la salud mental y del papel tan importante que juega en nuestra vida, y a la que en esta sociedad no se le da el valor que tiene. Hay algo en sus palabras que te remueve por dentro y consigue poner voz a tus propias palabras sin ser consciente de ello. Y pese a que no haya vivido muchas de las situaciones que ella relata en estas páginas, yo he conseguido empatizar con ella una vez más. Tengo que reconocer que al terminarlo sentí un vacío en mi, no descarto volver a sus páginas muy pronto y hacer una relectura también de sus anteriores poemarios. Sus palabras son oro, sanadoras e incluso dolorosas en muchas ocasiones, pero si algo tengo claro es que son semilla. |
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