De vuelta a casa

Cada vez que leo a Kate Morton recuerdo por qué es una de mis autoras favoritas y es que sabe hacer magia y aunar a la perfección la vida de varias generaciones de una familia, con los secretos que esta esconde, alternando entre varios saltos temporales. Por eso, cuando descubrí de vuelta a casa, después de tantos años sin leerla, tuve que hacerme con el libro.

En esta ocasión, la autora nos presenta a Jess, una australiana que vive en Londres y que, cuando recibe una llamada que le informa de que su abuela está en el hospital, no duda en volver a Australia, donde descubrirá que su familia guarda relación con la muerte de una madre y sus tres hijos en 1959.

Sin duda alguna, Kate entrelaza la historia de tres generaciones (abuela, hija y madre) de una manera alucinante que hace que quieras seguir leyendo en todo momento para resolver el rompecabezas que presenta: ¿quién mató a la familia Turner?, ¿fue un accidente?, ¿o acaso se trata de un suicidio?

Conforme se avanza en la lectura, es inevitable hacer conjeturas sobre quién puede ser el asesino, pero Kate siempre tiene un as bajo la manga esperando a ser usado con varios plot twist, sobre todo,al final de la historia, de manera que descubres la verdad y te quedas con la boca abierta, porque una cosa está clara: nadie es tan bueno ni tan malo como parece.