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Quizás este es el libro que más me ha gustado hasta el momento de la saga. Los personajes, además de tener una gran evolución, son encantadores y me he sentido muy cerca de ellos. Cuando empecé a leer y ví que se trataba de Sawyer, me desilusioné un poco pues, por lo poco que había aparecido en los otros libros, no me llamaba la atención. Sin embargo, estaba muy equivocada puesto que, una vez más, las apariencias engañan y Sawyer se ha convertido en uno de los personajes que más me han gustado de la saga. Al principio pensé que poco podría interesarme la historia de una chica popular y guapa que tiene a todos los chicos que se le antojan y que además parece bastante creída. Sin embargo, detrás de esta chica hay una historia muy dura, una fuerza increíble y una personalidad arrolladora. Isaac es un chico fantástico y desde el primer momento me quedé prendada de él. Es cierto que en algunos momentos no entendí porqué se comportaba de la forma en la que lo hacía pero al final siempre me ha ganado su parte buena y es que es todo bondad. Su historia es la más tierna, la más dulce y, para mí, también la más picante (aunque todo está narrado con una delicadeza maravillosa y con mucho respeto). Que la protagonista esconda todo lo que ha vivido es comprensible por una parte pero creo que si hubiera demostrado esto desde el primer momento, las cosas le hubieran ido mucho mejor. A lo largo del libro crece mucho y se nota que los dos protagonistas se complementan hasta puntos insospechados. Sin duda es un libro que recomiendo y, ya que se pueden leer de forma independiente, para mí este sería el indispensable. Me ha hecho disfrutar muchísimo de la lectura y además es fresco y ágil. |
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