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Crítica de Gemmaentrelecturas


Gemmaentrelecturas
07 September 2023

«Toda la civilización técnica del siglo XIX fue llevada al interior de África sobre las cabezas de sus habitantes»
 
IMPRESIONANTE. Ni los camellos ni los caballos se adaptaron a la hostilidad de África subsahariana. Y como esta curiosidad muchas más. Curiosidades que no lo son, es cultura, es la historia de un continente desconocido, por ejemplo, el nombre de los niños en algunas comunidades hacía referencia a un acontecimiento ocurrido en el día que nació, de ahí que en los lugares donde las religiones no se habían implantado, la riqueza de nombres era infinita.
                La parte histórica de esta obra puede parecer un poco densa, yo creo que es por lo desconocida que nos resulta, pero nos da importantes causas de lo que hoy vivimos. La parte antropológica y psicológica la he disfrutado muchísimo, me hace comprender muchas cosas, entender otras tantas y reflexionar muchas. Magnifica lectura. Todo este hostil territorio, amenaza con la malaria, la sequía, el calor y el hambre, hace del africano un ser en constante peregrinaje, viviendo en pequeños grupos y aislado. El rasgo de esta civilización es su carácter de PROVISIONALIDAD.
                La falta de transporte y comunicación, muchas culturas y tradiciones africanas han podido sobrevivir hasta nuestros días en su forma ancestral. «Me irritaba aquellas personas que al llagar a África se instalaban en la “pequeña Europa” o en la “pequeña América” y al regresar a sus países presumían de haber vivido en África, a la cual no habían visto en absoluto». Ser blanco en África, ¿qué representa? El robo era una forma de nivelar las desigualdades. «Estaba muy bien que me robaran, me dijo, aquello incluso era un gesto de amistad por parte de los ladrones».




                La mayoría de la población en las ciudades deambulan sin rumbo fijo, este capítulo es tremendo, «Hay muchas personas en mi callejón que no poseen más que una sola cosa». Otro realmente difícil de leer, «hijos del regimiento». Uno de los religiosos con los que se entrevistó describe, «La civilización moderna no ha aportada nada: ni la luz, ni la electricidad, ni el teléfono, ni la televisión. Lo único que ha triado son las metralletas».
                Tratará el tema de la esclavitud que “no terminó” hasta 1936. Semejante comercio marcó la psique del africano, el complejo de inferioridad ante el “gran hombre blanco”. El negro era el no-hombre, expuesto como objeto con un amplio abanico de precios: 1 dólar por un niño, 12 dólares por una joven, los portugueses obtenían por 12 esclavos un caballo.
                No pasa por alto la política ni la cantidad de conflictos que hoy continúan, quizá me confunda, no soy una experta en geopolítica, pero creo que nunca se valoró las rencillas que existían antes de la colonización.
 
«Alba y crepúsculo. Son las horas más agradables en África. Deja vivir, deja existir»
 
 
Muy, Muy recomendable.
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