Filosofía para una vida única

Como dijo el famoso filósofo británico Bertrand Russel: El problema de la humanidad es que lo estúpidos están seguros de todo y los inteligentes están llenos de dudas.

Los juicios son relativos, porque siempre se emiten sobre el telón de fondo de la norma arbitraria de ese momento.

Cuando me siento mal, me encanta escuchar a Nick Cave y leer a Schopenhauer: La vida es un episodio que viene a perturbar la sagrada paz de la nada.

"Hay tres tipos de mentiras: mentiras, grandes mentiras y estadísticas", dijo, ya en el siglo XIX, el político inglés Benjamin Disraeli.

Desde la perspectiva de finitud se admira con mayor claridad lo que de verdad es importante en la vida, lo que le da sentido.

Cuando desaparecen las certidumbres se activan de forma automática las cuestiones existenciales. Y entonces hay que tomar decisiones.

Siempre se burlaba de la gloria y del prestigio (hablando de Diógenes de Sinope), porque consideraba que eran cosas con las que las personas cubren sus malos rasgos.

El mayor bien es la satisfacción contigo mismo y el desapego a tus posesiones y al juicio que los demás tengan sobre ti.

En una ocasión, el filósofo español José Ortega y Gasset dijo que la filosofía es la ciencia de la superficialidad: cuando se filosofa se sacan a la superficie ideas, suposiciones e hipótesis inconscientes. Conviene que seamos conscientes de cuál es nuestra visión del ser humano, pues de lo contrario existe la posibilidad de que proyectemos nuestra concepción inconsciente en el mundo que hay a nuestro alrededor. Al mostrar nuestras ideas, limita- mos nuestra visión de la realidad y no hacemos justicia a los demás, porque de entrada ya interpretamos las acciones ajenas desde nuestro propio marco de referencia.