La faraona oculta

Reconozco el mérito de Abraham Juaréz. Con su primera novela, ganador de la V edición del Premio Edhasa de Narrativas Históricas, y, además, con una obra inspirada en "Sinuhé, el egipcio". Juaréz ha confesado que la pasión por Egipto le viene desde que leyó la obra de Mika Waltari.

En "La faraona oculta" es Tutmosis, un anciano escultor egipcio creador del famoso busto de Nefertiti, quien, por medio de Tadesio, un viajero cretense, nos va a relatar la historia de una de las épocas más oscuras y fascinante del antiguo Egipto. Por sus páginas van a desfilar personajes históricos de la época, siglo XIV a.c., como Amenofis III, Akhenatón, Ay, Horemheb, Tutankhamón y Nefertiti, con otros imaginarios, como el propio Tutmosis.

En "Sinuhé, el egipcio", es el propio Sinuhé, anciano y exiliado en la costa del Mar Rojo, quien nos cuente su propia historia, desarrollada en la misma época, los mismos lugares y con alguno de los mismos personajes de "La faraona oculta".

Las dos historias son distintas pero ambas nos van a contar la era del décimo faraón de la dinastía XVIII, Akhenatón, convirtiéndonos en testigos de conspiraciones y traiciones reales, rituales, tesoros, riquezas, amor y muertes.

Juaréz y Waltari, demuestran sobradamente poseer un destacable conocimiento histórico de la antigua civilización egipcia.

A mí, personalmente me gusta más la historia de Waltari. Juárez parece pasar de puntilla por la suya, no profundiza suficientemente en ella y sus personajes se alejan de la idea que siempre hemos tenido de ellos. Parecen demasiado estirados y sujetos a protocolos. Sus diálogos son secos y cortantes, ahorrándose las descripciones, a veces necesarias. Parece como si a "La faraona oculta" le faltase algo, quizás algunas páginas de más.

Como dije al principio, reconozco el mérito de Abraham Juárez con esta obra, pero si, entre 393 originales presentados al Premio, la suya era la mejor, no quiero ni pensar cómo serían el resto.

Puesto a elegir, prefiero volver a leer "Sinuhé, el egipcio" y, si es posible, ver después la versión que en 1954 hizo Michael Curtiz para el cine.