Los Austrias. El dueño del mundo

Con ánimo de llevar la contraria, y pese a todo, debo de confesar que los libros de Corral me gustan y me entretienen.

Tercera y última entrega de la vida de Carlos V y su gota, donde el autor no pierde detalle de esta enfermedad y de los excesos alimenticios del emperador del mundo.

Entre ataque y ataque (sale más su médico que Juana de Castilla), Corral te va narrando algunas cosillas de sus reinos con la misma pasión que un pingüino por las playas de bñBenidorm.

Se echa en falta muchas cosas, en especial, a Lutero, que a pesar de ser mencionado, podría haber salido como personaje en alguna escena.

Como buen amo de casa, José Luis ventila los sucesos por la vía rápida y de puntillas con su habitual movimiento de cintura, para bostezo general.

Tan solo la muerte de Juana (no me vengan con spoilers que esta señora lleva muchos siglos muerta) , la abdicación de Carlos y su posterior retiro a Yuste están bien narrados, incluso, con un intento de pasión (que en Corral, ya es noticia)

La familia Losantos, son los personajes de ficción que más pierden, con un cierre poco trabajado y desafortunado, vamos una cagada.

Corral, en sus errores editoriales, lo mismo te resta una hija, inventa un bisnieto o encierra a Juana antes de hora en Tordesillas.

Y aun así mantengo el comienzo de esta reseña, me gusta y me entretiene porque no da rodeos, es buen cronista, y su forna de narrar es directa y facilona.

En los agradecimientos, cita a Poyatos, Posteguillo o Roa (entre otros) asegurando haber aprendido mucho de ellos...

Vamos Pepelu, hay que ser honestos, y como novelista histórico, vas por la tabla del 1, y no progresas adecuadamente.

Si te gusta esta etapa de la historia, la trilogía es recomendable, sin esperar alardes, se deja leer.
Eso sí, lo pongo en cuarentena, hasta que mejore mi gota.