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Yo también quiero ser reina del baile nos trae al personaje de Liz Lighty, una joven negra queer que odia ser el centro de atención. Liz toca en la banda de la escuela y está en su último año. El libro comienza con Liz esperando una respuesta sobre la beca que solicita, el plan es ingresar a Pennington College con una ayuda para estudiar medicina y tocar en la orquesta. Cuando finalmente llega la respuesta, no es una de las más agradables. Liz no obtuvo la beca y su familia no puede pagar sus estudios. Su única opción es comprometerse con una cosa que odia: la fiesta de graduación de la escuela. Su hermano menor, Robbie, le da esta idea, ya que el rey y la reina de la fiesta ganan una beca en la tan soñada universidad. Pero ser reina del baile no es tan sencillo. Liz tendrá que pasar por varias etapas para ganar puntos, y así, entrar a la lista. Todo este proceso traerá experiencias que Liz nunca pensó que tendría y la hará conocer a Mack, la nueva alumna de la escuela de la que se enamorará. El libro está narrado en primera persona y siempre desde el punto de vista de Liz, la escritura es muy fluida y en algunos momentos es difícil abandonar la lectura. Por supuesto, como cualquier libro, hay algunas partes más arrastradas, pero nada que perjudique el ritmo. La autora dosificó muy bien los hechos. También tratará temas más serios, como el racismo estructural, el dolor del duelo y la ansiedad. A lo largo del libro seguiremos la competencia, sin embargo, el foco principal está en el crecimiento del personaje, convirtiéndose en el dueño de su historia en cada página. Nos brindará momentos de amistad, amor, valentía y madurez. Los personajes secundarios tienen sus propias tramas por lo que enriquece más la historia. Por otro lado, la parte amorosa del libro se forma poco a poco, lo que hace que sea más realista. En resumen, me he encontrado con una historia que es mucho más que una novela juvenil, está llena de representatividad y fuerza |
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