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Jill es una chica de 16 años que ama tres cosas en la vida, a su padre, los coches y a Sean, su mejor amigo del que ha estado enamorada desde siempre. Sean es un pilar muy importante dentro de su vida pues es la persona que más la comprende y a quien puede recurrir cuando las cosas en casa se ponen feas, y es que Jill no sólo tiene que lidiar con un enamoramiento no correspondido y las cosas típicas de la adolescencia, sino que también tiene que sobrellevar a su madre, quien al parecer esta insatisfecha con su vida y sólo se dedica a pelear con su padre todo el tiempo. Ella siempre ha sabido que su madre es infeliz y ha tratado comprenderla, pero una noche la encuentra en una situación inexcusable al lado de Sean y el poco amor que Jill sentía por ella desapareció, al igual que su madre al día siguiente. Jill no sabe cómo reaccionar al abandono de su madre pues una parte de ella se alegra de que saliera de sus vidas y que se llevara con ella las incesantes peleas pero por otro lado no puede dejar de extrañar a su madre. Además, esa noche no sólo perdió a su mamá, sino que también perdió a su mejor amigo y ahora no puede hablar con nadie, sobre todo porque su padre se niega aceptar la existencia de su madre. Pero justo cuando piensa que está sola y rota en el mundo, un nuevo vecino llega. Un vecino que está más roto que ella. ¿Puedes sentir la decepción por la pérdida de algo que sólo ha empezado a titilar con la promesa de un principio? Debo comenzar esta reseña diciéndoles que lo primero que me llamó de este libro fue la portada, pero no pueden culparme porque es simplemente hermosa. Lo siguiente que captó mi atención fue la sinopsis, y esa que gracias a ella más o menos me imaginaba lo que iba a pasar entre la madre y Sean, pero mi lado morboso quería la confirmación de los hechos y sobre todo tenía muchas ganas de saber cómo iba a lidiar la protagonista con eso y debo decir que pese a que el libro no el mejor que he leído del género, si es un libro que me ha demostrado unos personajes muy reales. Por ejemplo, Jill es un verdadero caos desde la noche anterior al abandono de su madre y es algo muy entendible después de todo lo que pasó. Creo que ni ella misma logra comprenderse en ningún momento y busca en donde sea un poco de comprensión que es lo que encuentra al lado de Daniel, el nuevo vecino quien tiene una historia peor que la suya. Daniel y Jill son dos piezas rotas que no terminan de encajar en ningún lado, ni siquiera entre ellos pero al menos se tienen para contarse sus penas sin el temor se ser juzgados. Daniel por su parte ha sido a mi parecer el personaje más profundo de la historia y uno simplemente no puede quedar indiferente ante sus cicatrices externas y mucho menos a las internas También tengo que mencionarles a la madre de Jill quien es una perfecta villana mucho peor que Lord Voldemort o la Reina Levana y es que ella es el ejemplo perfecto del egoísmo humano. de verdad que uno no puede dejar de odiarla en ningún momento y lo que la hace más aterradora es saber que hay gente así suelta en el mundo. Otro punto que me gustó fue el romance de la historia, pues la autora juega un poco con nosotros en ese aspecto y nos hace creer en algo y al final nos da una sorpresa que en lo particular me dejó un buen sabor de boca. El odio era un sentimiento feo e infeccioso, se metía muy dentro de ti y te consumía. Mi odio no había empezado así. Había empezado con la forma de un cubito de hielo atascado en mi garganta [...]. Después se derritió y el frío penetró en mi interior, aturdiéndome. En resumen If I fix you, es un libro sencillo con unos personajes muy reales a los que vale la pena conocer y una historia que nos demuestra que siempre hay una pequeña luz al final del túnel. Enlace: https://chaosangeles.blogspo.. |
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