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Crítica de laurass89


laurass89
24 April 2020
El camino de la inocencia
Con dieciochos años y después de haber trabajado con su padre día tras día, Jack se queda solo en el mundo. Su sueño siempre ha sido salir del pueblo y gracias a su esfuerzo huye de esa soledad a Madrid para estudiar Derecho. Ya en la capital, Jack se labra una vida, mejor o peor, pero, al fin y al cabo, suya y de nadie más. Sin embargo, ojalá compartirla con alguien, nuestro es un romántico empedernido, y, además, ahí está Alberto, el amigo que le ha acompañado siempre, incluso antes de la muerte de su padre.
Y quizá no sea el camino incorrecto. Jack es un muchacho que, a lo largo de su vida, y aunque al principio de la novela no lo pueda parecer, ha tenido las cosas muy claras. Sus objetivos vitales siempre han estado definidos y pronto nos damos cuenta de que nuestro protagonista va a hacer todo lo posible por ellos. Pero, como todos en algún momento de nuestra vida, lo sentimental se disocia de nuestra cotidianeidad y Jack empieza a sufrir por amor: por no tenerlo, por no expresarlo, por no tenerlo claro, porque la otra persona no lo tenga claro, porque le llega sin avisar; porque cuando todo es perfecto, todo se viene abajo…
Uno de los puntos que sin duda quería destacar de la novela en cuanto a la trama es lo bien que se plantea el crecimiento sentimental del protagonista, ya que nos encontramos ante una novela de formación, del siglo XXI, pero una novela de formación (o de educación sentimental, si me apuráis). No solo se hace de manera interesante, sino con la delicadeza suficiente para que podamos entender lo que hay de común con lo que ya conocemos del mundo heterosexual, desgraciadamente predominante en nuestra literatura, más las dificultades añadidas que se encuentra una persona homosexual.
Por fortuna, nuestro protagonista no duda de su orientación sexual ni la oculta, más bien diríamos que la tiene normalizada. Pero, como todos os imaginaréis, el primer conflicto es la relación con otros hombres, ya que damos por hecho que todos los que nos rodean son heterosexuales, hasta el punto de que dudamos de la evidencia de lo contrario. Así, Jack sufrirá por Alberto, ya que entra en conflicto la realidad con lo que él cree que puede estar imaginando. En este sentido, y tal y como se desarrolla la novela, creo que hace una descripción perfecta de principio a fin del vaivén de emociones que se sufre cuando uno se enamora, sea este enamoramiento físico o platónico. La inocencia de nuestro protagonista no es desconocimiento, incluso no es ingenuidad, es idealización, esperanza de encontrar aquella meta que él se ha puesto para el amor, pero la realidad siempre nos baja los pies a la tierra.
Además, en este aspecto la novela no miente, no idealiza el hecho. El amor lleva al sexo, y el sexo puede llevar a la desmitificación o decepción de la propia idea de amor. Así, como novela de formación que es, recorreremos casi cinco años de la vida del protagonista, y en su fase final, en un viaje a Nueva York (y no es spoiler, que nos lo dicen al principio de la novela), Jack cae por no cuidarse su propia idealización.
De abrazos y tensión
Otra de las cuestiones que me impulsaba a seguir leyendo era no solo la temática principal, sino las pequeñas cuestiones que la novela iba sembrando en mí.
Siempre he querido conocer más y más sobre la diversidad, en todos sus aspectos, de hecho, el blog lo intenta con ahínco, tanto en temáticas, como en realidades. Este no ha sido un caso diferente, conocer la perspectiva de quien no tiene hecho el mundo para sí, conocer las dificultades de alguien huérfano, por ejemplo, o saber que una de las cosas que puede determinar nuestra vida son los contactos es algo que había visto desarrollado de manera leve en otras obras. Pero a esto, tenemos que añadir la conciencia que presenta la novela frente a tópicos del mundo gay y sobre todo cómo se ha de cuidar uno sobre ellos: el empleo de popper en las relaciones sexuales, la posibilidad de que se viole a un hombre, las precauciones para la transmisión de enfermedades sexuales o la desmitificación del «vicioso» son cuestiones que se nos exponen con gran claridad.
Bastante complacida en este aspecto, es verdad que cuando se abarca tanto, algún fleco se tiene que quedar suelto, y no puedo no mencionarlos. Uno de los problemas que me he encontrado al avanzar en la lectura, ha sido la irregularidad en la tensión dramática, derivada en gran parte por las descripciones quizá un poco densas sobre sentimientos. La elegancia a veces está en lo sencillo y, así, cuando la trama era pura trama, acción, conflicto, reflexión el libro me enganchaba sin parar, sin embargo, los monólogos interiores del protagonista planteándose cuestiones que ya se había planteado, o que lo había hecho frente a un personaje, desaceleraban la lectura y redundaban en ideas que nos habían quedado ya perfectamente claras. Ahora bien, más allá de esto, entiendo que hay lectores que se regodean en este reflexionar.
La romántica y sus cosillas, pero en plan bien
No es indiferente a nadie, después de lo que hemos mencionado, que el género de la novela es la romántica, gay, sí, pero romántica. En este sentido, encontraréis todos los puntos de giro y mecanismos de este género. Ya sabéis que la romántica es un género que disfruto poco, pero que cuando lo hago me meto en la historia hasta las cejas. Este también ha sido el caso, me desvivía con Jack por saber qué narices quería Alberto y deseaba que llegara un tercero para que saliera de ese bucle. Sin embargo, como digo en el título, he encontrado esas cosillas de la romántica que de manera general la gente critica: el hombre rico que ofrece el paraíso al protagonista, situaciones un poco inverosímiles bien por cómo suceden, bien porque no son posibles en los escenarios reales que se plantean… No obstante, sabemos que la romántica es para disfrutarla, para ilusionarse y agobiarse con el protagonista, pero en el caso de esta novela también para crecer, para aprender.
La historia de Jack nos plantea un horizonte que a parte de la población no es ajeno, o bien porque no nos afecta, o bien porque no nos han enseñado cómo es. La diversidad, la salud sexual, la salud afectiva son cosas que parece que no están de moda, ni en la literatura, ni en la educación social. Por ello es importante la historia de Jack, por eso debemos atrevernos a aventurarnos en el Lenguaje de las olas.

Enlace: http://ellibroenelbolsillo.b..
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