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Cuando uno lee una saga con esta extensión (más de 850 páginas de un cómic que se ha desarrollado a fuego lento durante 4 años) empiezan a surgir las dudas, sobre todo cuando el nivel ha estado tan alto. Se avecinaba desenlace y los desenlaces son muy dados a hacer que el castillo de naipes se desmorone, pero no es el caso. El señor Hill toma el estilo del mejor papá King y consigue cerrar con suficiente solvencia, que no es poco en una novela fantástica de terror de la envergadura de este original Locke and Key. Alternando flashbacks del pasado con hechos presentes, el lector acaba de encajar todas las piezas del rompecabezas en un final apoteósico al más puro estilo de Carrie (con guiño incluido), y un epílogo muy inteligente que logra cerrar un punto vacío de la trama: el espíritu de Bode. El viaje ha sido intenso y fructífero. Ahora que lo he acabado, puedo decir que este Locke and Key, aunque beba de muchas fuentes, se erige como un producto fresco y original, una joya para atesorar y releer de vez en cuando. Sobre Gabriel Hernandez, me repito: pasa de mediocre en los primeros cómics a excelente en los últimos. |
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