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"A nosotros ya no nos importa un comino el examen ni el jucio. Señores vivos, no hay nada tan inconmensurable como el desdén de los finados". 'Memorias póstumas de Brás Cubas' Joaquim Maria Machado de Assis 1881 Sexto piso, 2017 407 páginas Trad.: Elena Losada Ilust.: Mariana Rio Mi primera incursión en la literatura latinoamericana anterior al siglo XX ha sido muy satisfactoria. He elegido una novela de Machado de Assis, uno de los representantes más importantes, si no el más importante, de la literatura brasileña. Tal y como su título indica, este libro contiene unas memorias. Las memorias de Brás Cubas. La particularidad es que el personaje está muerto y escribe estas memorias desde el más allá. Este hecho le otorga libertad para criticar a la sociedad burguesa y los estamentos de la época sin cortapisas y sin autocensura. "Advierta el lector que la franqueza es la primera virtud de un difunto", asegura Cubas. "En la vida, el qué dirán, la mirada de los otros, el contraste de intereses nos obligan a esconder los trapos sucios (...). Pero en la muerte, ¡qué diferencia! ¡qué desahogo! ¡qué libertad!". Con Brás Cubas, Machado de Assis crea un personaje irónico, sarcástico, arrogante y cínico, que explica sin tapujos y con mucho humor los diferentes capítulos de su vida como integrante de la sociedad bienestante del Río de Janeiro del siglo XIX. El libro comienza con la dedicatoria del libro no por parte del autor, sino por parte de Cubas, que dedica "estas memorias póstumas al primer gusano que royó las frías carnes de mi cadáver". Esta dedicatoria ya indica el tono mordaz que empleará Cubas en estas memorias, que comienzan con su muerte, velatorio y entierro, para trasladarse seguidamente a su infancia de niño fanfarrón y malcriado. Consentido por su familia burguesa y sus esclavos, Cubas llevará una vida acomodada. Algo que, no obstante, no le asegurará alcanzar todas las metas que se propone. Porque, en el fondo, la imagen que transmite Cubas de sí mismo en estas memorias es, a pesar de todo, la de un perdedor. Como ocurre con casi todos los clásicos, cada lector sacará sus propias conclusiones acerca de los temas tratados, según cada perspectiva. Para mí, tiene dos temas importantes de una carga filosófica profunda: el primero, la insignificancia de la existencia humana. En sus 160 capítulos (algunos, de un solo párrafo) no hay un solo pasaje épico. Cubas pasa la novela persiguiendo el éxito, mientras que el lector espera que llegue ese momento en que Cubas alcance ese triunfo buscado. Pero eso nunca ocurre. Conoceremos a un Brás Cubas obsesionado por dejar algo al mundo, por trascender, pero todos sus intentos son en vano. Este será precisamente el otro de los temas importantes. El legado, lo que dejamos a las generaciones venideras. El protagonista tiene este ansia por dejar su huella en la historia: pone todo su empeño en ser ministro; funda un periódico; en el momento de morir está creando un emplasto milagroso que revolucionará la medicina y que llevará su nombre: "Emplasto Brás Cubas"; desea traer un hijo al mundo... Nada le saldrá bien, pero Cubas no abandonará su obsesión por trascender, por dejar su legado. 'Memorias póstumas de Brás Cubas' es una novela que me ha divertido, me ha hecho pensar y me ha mostrado parte de la historia de Brasil que desconocía. Me ha parecido un clásico muy recomendable. Y con esta edición ilustrada de Sexto Piso, la experiencia lectora ha sido maravillosa. |
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