No todo el mundo

Bien es sabido que a mí no me llaman especialmente la atención las historias de amor porque, después de tragarme durante toda mi adolescencia y etapa universitaria historias edulcoradas en formato romcom, me he convertido en una cínica por excelencia (vamos, que no me creo nada). Pero si alguien podía hacer que un libro sobre amor y desamor me gustase, era Marta Jiménez Serrano. Porque la autora hace aquí una cosa importantísima y muy certera: mira las historias de amor desde un prisma diferente, cercano, dándole importancia también a las vidas que existen fuera de ellas. Historias de amor y desamor que se van construyendo poco a poco, que intentan superar obstáculos que finalmente resultan insalvables, que asumen que a veces las cosas son como son, que a veces, tanto los otros como nosotros nos comportamos mal o no demasiado bien porque arrastramos cosas de vidas pasadas. Historias en las que hay matices que surgen de mirar lo cotidiano, lo pequeño, aquello que no se suele contar cuando hablamos de esa gran palabra, AMOR.

En estos relatos hay vidas que siguen su curso, que se reconstruyen después de una ruptura, que siguen adelante a pesar de que una historia no haya funcionado. Hay relaciones a las que les cuesta encajar en los horarios laborales frenéticos e incompatibles, en los proyectos de vida futuros que no se parecen en nada, en la diferencia económica que supone también una diferencia en planes y estilos de vida. Relaciones que acogen hijas de otras relaciones, que prefieren lo banal a lo épico, que dudan, que avanzan y que también reculan, que huyen porque tienen miedo, porque son cobardes. Y hay personajes como Lola, como Elo y Elo, como Verónica, como "ratón", que se quedan contigo para siempre.

No todo el mundo puede escribir así. No todo el mundo es capaz de coger dos personajes y un par de páginas y contarte una historia completa que consigue recrear todo un universo.

Marta Jiménez Serrano consigue acercarse a un tema tan complejo y tan idealizado como el amor y hacerlo de una forma sincera, que nos interpela desde la realidad y no desde una versión maquillada de la misma. Porque si algo hay es realismo dentro de estas historias que parten del clásico y normativo "chico conoce a chica" y, desde ahí, miran con lupa los comportamientos y las actitudes, los principios, los finales y todo lo que sucede entre medias.

Y, para una cínica como yo, no hay mejor libro que este. Gracias a Marta Jiménez Serrano por devolverme un poquito la fe en las historias de amor 💫