Reo (Saga Trece Tronos 2)

De vuelta a la noche
Adrien no puede dejar de pensar en Tayr, así que toma una decisión: debe ir a Noctia a pesar de que el muro de Caronte ha sido sellado. Cuando se lo cuenta su hermana, June, esta no puede dejar de pensar que es inevitable por lo que decide ayudarlo. Sin embargo, las circunstancias se precipitan y tiempo después ella termina atravesando el muro, de nuevo. Por su parte, Reo, preso de Akiteria, la peor cárcel de Noctia, no para de moverse, tiene que haber una manera de escapa de allí. Y todo esto sucede cuando Caronte va a salir a reclamar sus almas.
Así nos plantea Jesica la vuelta al mundo de lúzaros y noctis. En este caso con el muro de Caronte cerrado parece que las relaciones entre ambos pueblos están rotas y, sin embargo, nadie se estará quieto. Adrien quiere encontrar a Tayr para aclarar su situación y tras él arrastrará a todo los demás.
Gracias a ello, nos encontraremos una narración muy interesante, ya que en este caso los protagonistas no serán solo Adrien y June, sino que a su voces se une también el personaje de Reo, que nos contará su periplo en la cárcel de la que nadie sale nunca, Akiteria.
Encontraremos, de esta manera, una historia dentro más de la fantasía pura, ya que Noctia tendrá un peso determinante. Así, podemos decir que la historia se divide en dos períodos: el de la aventura, enfocado en el camino y la presencia de Caronte, y el encierro y la presencia de la reina de Akiteria; y el tiempo de la acción donde la política y las potencias militares tomarán el testigo de la trama metiéndonos ya en el problema del trono de Noctia.
Crecemos juntos
Además, junto a June y Adrien encontraremos personajes de alto calado en la historia de Noctia y que, como tal, tienen un alto peso en la trama. Elain, Eugenne o Moran vuelven con mucho más peso y con mucha más responsabilidad. Por ello, a nivel de historia me ha gustado quizá incluso más que la primera parte, ya que en este veremos una evolución clara de cada uno de los personajes, tanto protagonistas, como secundarios, sin que estos pierdan su esencia, claro; y tendremos temáticas más pesadas que las de la primera parte: la traición, el honor, la resiliencia, el bien común, la justicia, etc.
Además, incorporamos nuevos personajes o se explora más en la psique de algunos que se mencionan en la primera parte, de manera que Jessica amplia el mundo no solo con escenarios increíbles (de los que hablaré ahora), sino con personajes que pueden suponer la diferencia en la nueva narración.
Frío y terror
En cuanto al estilo de Jessica, qué deciros, sigue siendo una maravilla. En este caso nos planteaba una narración ardua, ya que esa cárcel terrorífica es un escenario yermo y difícil de describir y, sin embargo, consigues hacerte una idea sobre cómo es. Esto ayuda al lector no solo a situarse, sino también a avanzar en una narración que no nos da un minuto de descanso. Por otro lado, potencia su capacidad de trasladarte las sensaciones como el miedo, el frío y el horror que van sintiendo los personajes, tanto ante la presencia de Caronte, como en su divagar interno.
Y este es otro punto interesante, frente a la primera entrega que encontramos bastantes reflexiones más enfocadas a las relaciones externas, en este caso los personajes tendrán también muy presente qué quieren enseñar a los demás y qué es lo que ellos mismo quieren hacer. Así, no solo la trama avanza en un mundo hostil, sino que los propios personajes dibujarán su propio paisaje ante él.
Con muchas ganas de más
La verdad es que recomendar una segunda parte es difícil porque, indudablemente, necesitamos leer la primera. Por ello os invito a lee las dos. Con un mundo donde lo urbano y la fantasía se han unido de manera magistral, pasaremos a conocer más hondamente el mundo de fantasía. En esta segunda parte, encontraremos un mundo donde los secretos serán importantes y donde guardarlos será vital. Una narración con una ambientación maravillosa y unos personajes que calan hondo. Os animo a adentraos en el mundo de los Trece tronos.



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