Asher crea una historia narrada a dos voces, una en presente y protagonizada por Clay, quien se encarga de escuchar las cintas póstumas de Hannah y recorrer su historia a lo largo de las indicaciones que ella ofrece, y una segunda, más original y en pasado, las grabaciones de la susodicha, donde nos habla de su vida del instituto y su felicidad anterior a la tragedia. Ambos narradores se centran en el discurso central de la obra como es la ignorancia ante un juicio de valor y las consecuencias de prejuzgar a las personas, llevándolo todo al extremo con la muerte violenta de una menor. Con una narración inquietante que obliga al lector a sopesar sus acciones para con la gente, creando una historia tétrica y siniestra con la reflexión de un muerto como última voluntad, el único punto negativo que podemos encontrarle es que, para aquellos que hayan sobrevivido a una experiencia realmente traumática a lo largo de su formación escolar (acoso o bullying), el discurso de Hannah les sabrá a demagogia barata: la gente no se suicida por estar en una simple e infantil lista de chicas ligeras de cascos. Para aquellos que necesiten una trama siniestra con un ligero toque morboso, 'Por trece razones' será una buena lectura: grabaciones póstumas, itinerario fúnebre y reflexiones por doquier sobre los prejuicios abundan en sus páginas. Sin duda, no deja indiferente. |