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Un mecanismo bien perfilado Paul Davis no es un detective cualquiera, es un investigador privado cuyo punto fuerte es el conocimiento de relojes. Por ello, solo acepta casos en los que haya un reloj de por medio, en todo caso joyas, y aquellos que le encarga la aseguradora con la que colabora, la Franz LK Insurance. Su conocimiento sobre relojes viene de su época de adolescente como nos relatará en El comienzo y le hará, incluso, viajar por todo el mundo como en Bienvenido a Miami o El reloj de carey. Así, a través de sus temporadas, su autor J. G. Chamorro, nos irá contando las aventuras de este detective tan particular. Lo primero que quiere destacar de esta serie de relatos es que me ha impresionado lo bien trabajados que están. Normalmente el caso comienza con Paul en su despacho donde recibe una llamada, en ella se le dice que se le requiere para investigar la desaparición de un reloj de lujo. A continuación comienza la investigación. Durante todo el proceso, el autor consigue que no nos perdamos ni uno de los detalles que no pasan desapercibido al detectives, eso sí, evitando la obviedad que en otros casos nos ofrecen las novelas de investigación. Además, aunque, de hecho, las historias del detective tratan de relojes, esto no supone una saturación de datos, que los hay, sino que son la excusa para relatarnos el procedimiento de investigación, de deducción y reflejar el carácter de su protagonista. Por cierto, este es otro de los puntos que me han gustado, el carácter de Paul Davis. Los que hemos leído un poco de género, siempre pensamos en una especie de detective al estilo Sherlock, una persona fría, calculadora, que no se deja levar por las emociones y que es absolutamente excelente. Sin embargo, sin quitarle lo positivo del gran detective, el autor de estos relatos ha conseguido que su investigador parezca más humano y más cercano. Esto se debe en gran medida al empleo de un lenguaje ágil y cercano, pero que no elimina los tecnicismos que haya que usar por el ámbito que se investiga; y por la ambientación que sin ser concreta en algunos casos, nos trasporta a un mundo conocido, bien la época de los ochenta o nuestra propia actualidad digital (con esos «ordenadores de muñeca»). Así, el autor consigue que disfrutemos de un relato rápido que nos lleva por una investigación muy entretenida. Y eso es sin duda lo que más destacaría de la obra, como anunciaba más arriba, que está perfectamente ejecutada. Los personajes, los ritmos y las tramas están muy bien engarzadas (sin problemas de composición ni ortografía por ejemplo), lo que hace que el lector no solo disfrute de su calidad literaria, sino también sienta gusto por leer. Solo hay un pero El único pero que puedo poner a la obra es que da la sensación de que, leía una aventura, leídas todas. Es cierto que aquellas que se salen de la historia base (aquellas en el extranjero) parece que añaden un plus más, pero sin embargo, creo que al final la pauta sigue siendo la misma. Esto es un pero para mí, pero no baja la calidad de la obra, ya que hay a lectores que les apasiona este tipo de historias y no les molesta o cansa que siempre sigan el mismo esquema. En mi caso, como he dicho, eso ha provocado que a partir de la tercera se me hiciera cuesta arriba seguir leyendo alguna historia más (aunque me las he leído todas, jurado). Mi consejo, también lo digo, es que cuando nos embarquemos en las aventuras de Paul Davis, lo hagamos dosificándolas y gozando su buena maquinaria, que para eso son historias de relojes. ¿Recomendación? Sí, si te gustan las historias bien escritas y bien montadas. Si, además, eres de los que disfrutan con las historias detectivescas a la vieja usanza (pero sin ese toquecillo rancio que empezábamos a encontrar ya), lo disfrutarás mucho más. Eso sí, creo yo, en su justa medida y dosificando el goce. ¡Espero que os guste y que no se os pase la hora! Enlace: http://ellibroenelbolsillo.b.. |
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