Las corrientes oceánicas

Existen libros que son incatalogables en multitud de aspectos, algunos por su genialidad, otros por su maestría literaria, los que menos por su mezcla de géneros; en este caso ha llegado a mis manos una novela que es incalificable para bien, que ha generado sensaciones nuevas, no conocidas en mí y que ha dejado una huella imborrable en mi memoria. “Las corrientes oceánicas” es una magnífica novela que cabalga entre el misterio más subyugante y el terror o la fantasía más impactantes.
Feliz J. Palma nos acerca una historia repleta de sorpresas, giros y hallazgos inesperados. Partimos de la triste realidad de Alberto, que toma la decisión drástica de acabar con todo tras una horrible desgracia familiar. En medio de ese proceso, hará un descubrimiento que le arrastrará a aparcar su implacable destino para embarcarse en una investigación que le llevará por derroteros inesperados, incluyendo sectas, un aristócrata indescifrable, actos terroríficos y terribles y una realidad donde nada es lo que parece.
El autor consigue hacernos sentir la terrible desesperanza del protagonista, para posteriormente sembrar en nosotros la semilla de la curiosidad en forma de misterio. Su gestión de los tiempos en la trama, su genial manejo de los giros y la generación de una aventura trepidante de acción con pinceladas de terror inmerso en un thriller genial nos ofrece una obra inmensa. Destacar el personaje magistral del protagonista que consigue hacernos empatizar con él desde el principio de la obra y que, ya en su equipo, nos embarca en un viaje de investigación irrepetible. Destacar la mezcla de tonos, desde el intimista, que nos hace reflexionar constantemente, hasta el trepidante tren de acontecimientos imparables que desembocarán en un final sorprendente e inesperado.
En resumen, un libro donde es imposible destacar solo un aspecto, aunque si lo pensamos como lectores, la clave es el poder de la pluma de Félix para subirnos en su tirolina y dejarnos caer hacia un texto que no puedes soltar hasta haberlo saboreado al completo. Un viaje que comienza angustioso, transita trepidante y finaliza con el regusto de haber disfrutado una lectura única. Personalmente, irrepetible y muy recomendable.