Para qué mentir, me enganchó de una forma que en dos noches ya me lo había leído. me tocó la fibra sensible eso de ser amante de libros y maestra. Ay Dita, cuánto tuviste que sufrir, todo lo que tuviste que ver, y sin embargo, ahí estabáis tú y tu coraje, luchando, en una época que nadie tendría que haber vivido. |