Un artista del mundo flotante o un punto de vista humanizado del Eje
Por: John S. Avendaño.
Me gusta el cine mediocre, particularmente, el cine que aborda la segunda guerra mundial: gringos musculosos corriendo con sus fusiles mientras el ejército nazi es masacrado. Aunque sea sabido por muchos que el ejército rojo tuvo mucho mayor impacto, el cine nos da una visión romantizada de los ganadores (de la guerra fría, en fin).
Ahora bien, la cámara en estas malas películas como Rescatando al soldado Ryan (1998) romantizan hechos como el desembarco en la playa de Omaha (1944). Planos contrapicados que hacen ver más grandes a los soldados y, aunque sabemos que fue una masacre; es una imagen repetida hasta la saciedad por cine y videojuegos, como representación del coraje, la hombría y la justicia.
Ahora bien, es hasta fácil mostrar el camino de los héroes, lo llevamos haciendo desde la Odisea de Homero, hasta El Señor de los Anillos; difícil sería responder la siguiente pregunta: ¿cómo narrar la historia desde los perdedores logrando generar vínculos de empatía con personas que defendieron el malvado régimen de Hitler? Nunca me había planteado la cuestión hasta que me acerqué a Un artista del mundo flotante.
Ishiguro cuenta la historia de Ono, un pintor que apoyó al imperio de Hirohito durante la segunda guerra mundial. El tipo tuvo varios cargos dentro del ministerio de cultura del momento y apoyaba ideológicamente a los señores del acuerdo tripartito (Alemania, Italia y Japón); pero asistimos al declive ideológico y social de los nacionalismos: 1947 y 1948, cuando ya las bombas fueron lanzadas y solamente hay vergüenza por los ideales que en algún momento cierto grupo de personas consideró correcto.
Ellos no sabían que lo que hacían era incorrecto, solamente seguían los ideales que imponía el orden social, ¿acaso no caemos nosotros en lo mismo? ¿en seguir ideales prestados que consideramos correctos?.
Es una obra interesante, creo que no es divertida en el estricto sentido de la palabra, su historia peca de lineal [para quienes nos gusta un poquito de exploración con las formas es un contra]; pero la prosa es muy rica.
Calificación: 7.5