La historia continúa con Seaben, Eirene, Drake, Lowell, Chryses y Sylvana, huyendo de Lothaire rumbo a Astrea con la princesa Inair, quien debido al hechizo de Mab, no recuerda nada de su pasado. Los siete confían en que los hechiceros de Astrea conseguirán redimir el hechizo y que de esta manera Inair se sentará en el otro, en lugar del Tirano que actualmente lo usurpa. Finalmente se demuestra que los cuentos y las leyendas son muy ciertas, ya que en este libro se dan varias ocasiones en las cuales los hechizos se disuelven con un beso de amor. Y así es como Lowell la libera y se hace su caballero, prometiendo servirla para siempre. Una vez en Astrea, entre peleas, encuentros, desencuentros, promesas, desengaños, intentos de rescate... llega la guerra entre la Astrea de arriba y la de abajo, la cual, por suerte, se ve finalizada cuando Rayne, Sylvana y Drake se presentan con la cabeza del Tirano y anuncian la subida al trono de Inair. Una vez salvado este reino y descubierto el misterio de Seaben con la última Luna Llena, parten hacia Anderia, ya que el rey Davet ha muerto confesando su mayor secreto: hay un heredero al trono y deben encontrarlo. Y ese no es otro que Seaben. Una vez allí se reencontrarán con Fay, y conocerán a Svent, quien comparte los mismos ojos de Seaben, y es que este resulta ser el hijo de Mab... El libro se despide con una Astrea tranquila, con Seaben e Eirene camino hacia Nryan, y con Fay y Svent en Anderia, con Chryses reunido por fin con su amor Celeste, pero, ocurre algo que amenaza con fastidiarlo todo...
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