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3,25. En esta segunda parte de la serie nos encontramos con Félix, amigo de Martín que lleva un estudio de tatuajes en Madrid, y con Luz, una joven que trabaja con él. Una confesión por parte de ella, la tensión entre ellos y un pacto harán que lo inevitable suceda. Lo que me ha pasado con esta historia es que el principio me creó unas expectativas que después no se me han cumplido. Luz me atrapó con su alegría y desparpajo, pero luego la relación de ellos no me ha convencido ni gustado mucho. No digo que la trama no pidiese que le dieran tantas vueltas, pero a mí se me ha hecho un poco repetitivo. Y aunque los secundarios están bien, esta vez —lógicamente y para mi desgracia— Pilar aparece mucho menos.
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