Empecé esta lectura con ganas de que me gustase, ese puntito de realismo mágico que tiene todo el libro era un plus para mí. La historia de la familia y la casa donde viven junto a ese río que casi habla con sus habitantes, la capacidad de escuchar a los muertos de dos de sus miembros y alguna que otra sorpresa van transcurriendo muy lentamente, demasiado, no conseguí encontrar ese hilo del que poder seguir la historia con interés, la encontré monótona y lo peor es que no había nada que me motivase a seguir leyendo, no consiguió que quisiese saber cómo les iba a ir a los protas. |